¿Cuántas veces has deseado que el día tuviera 48 horas?
¿En cuántas ocasiones no has sabido gestionar tu tiempo o has creído que no te daba tiempo de hacer todo lo que tenías que hacer?
Hoy el post va del tiempo; pero no del tiempo cómo metáfora de la vida. Hoy quiero hablarte de algo mucho más práctico que nos ha pasado a todas las personas.
Hoy quiero hablarte de la gestión del tiempo
Con estos pequeños consejos quiero ayudarte a gestionar mejor el poco tiempo que tienes y así hacer que las 24 horas del día se conviertan en 32 o incluso más. Sigue los pasos que te indico a continuación y así lograrás rendir mucho más;)
1. Anota cada día todas tus tareas, tanto las que tienen mucha importancia como la que son más irrelevantes. Es importante apuntar todas las tareas, hasta las que te parezcan tontas.
2. Especifica muy bien cada una de las tareas (recuerda cómo te enseñé en el post anterior a definir los objetivos en formato SMART). Si una tarea te cuesta mucho definirla, eso es porque es demasiado grande, así que divídela en subtareas o tareas más pequeñitas.
3. Con esas tareas, haz un calendario semanal y otro mensual (importante que sea realista): ¿Cuánto vas a tardar en hacer la tarea? Haz una estimación temporal de cada una de las tareas (¡cuidado con querer poner una estimación poco realista, ya que te puede generar estrés, crítica y machaque!).
4. Ten en cuenta tus niveles de productividad; hay personas que rinden mejor por la mañana, otras por la tarde…
5. Introduce en tu calendario tiempo para ocio y descanso (esto es tan importante o más que las “obligaciones”) Si no descansas, no tendrás energía para rendir; a eso yo le llamo afilar el hacha.
6. Es la hora de dar prioridad a cada una de las tareas según el siguiente criterio: Urgente, Importante, Aplazable. Las urgentes serían aquellas tareas que deben hacerse cuanto antes (por ejemplo, algo que te pide tu jefe, jeje, es decir las tareas que debería estar para ayer), las importantes también deben realizarse, pero con un mayor margen de tiempo y las aplazables, son aquellas que estaría bien realizar pero que, en el caso de que no se hicieran, no tendría grandes consecuencias.
7. Evita el exceso de exigencia, ya que esto añade muchas pequeñas tareas que quitan tiempo y energía; pregúntate en cada tarea si la podrías simplificar o hacer más fácil.
8. Es la hora de establecer metas realistas para conseguir finalizar estas tareas. PONTE FECHA. Si no te pones una fecha límite, probablemente nunca llegues a encontrar el momento para hacerla. Recuerda dividir cada tarea en una subtarea, así te será más fácil alcanzar tu objetivo.
9. Después de cada tarea realizada, táchala de tu lista y actualiza tu calendario. Y recuerda premiarte por acabar aquellas tareas que más te han costado, eso siempre ayuda a seguir con más tareas.
Por último, quiero dejarte tres notas finales (no por ello menos importantes). Éstas puedes aplicarlas no sólo a lo que productividad se refiere, sino también generalizarlo a tu día a día. Así conseguirás mejorar un poco tu autoestima a la vez que consigues ser más eficiente.
• Recuerda la regla de los dos minutos: cada vez que encuentres algo que puedes hacer en menos de dos minutos, hazlo y no lo dejes para después, porque si no el proceso de recordarlo y/o planificarlo hará que requiera más tiempo de realización.
• No intentes abarcar todo, tienes un tiempo limitado, así que cada vez que te plantees si tienes que realizar una tarea, responde mentalmente a las siguientes preguntas: ¿realmente puede realizarse? ¿es realmente necesario que la realice? ¿la puedo delegar?
• No hagas varias cosas al mismo tiempo: prioriza y no comiences con la segunda de la lista hasta que hayas terminado la primera.