El trastorno de ansiedad es un mal que afecta a muchas personas hoy en día y puede llegar a ser un verdadero problema si no se trata. La ansiedad es un estado permanente de nerviosismo, es el miedo extremo a situaciones que están pasando, van o pueden llegar a pasar y va acompañada de síntomas como el aumento del ritmo cardíaco, sudoración, nerviosismo, pánico o sensación de peligro inminente. Para reducir los niveles de este trastorno es muy aconsejable practicar la meditación.
¿Qué es la meditación?
La meditación es un entrenamiento mental que consiste en general estados de ánimos positivos, entusiastas y calmados aportando múltiples beneficios a nuestra salud mental, actuando siempre como complemento a una terapia psicológica. Estos son algunos de sus beneficios:
– Meditar durante 60 minutos (cuantos más días, mejor) ayuda a reducir los síntomas de la ansiedad, tales como palpitaciones, sensación de ahogo u opresión en el pecho.
– El meditar te ayudará a mantener un estado anímico más calmado y menos dado a situaciones de pánico.
– Ayuda a la relajación del cuerpo y de la mente, haciendo que las personas ansiosas sean capaces de detectar los pensamientos negativo y evitarlos.
– Esta práctica también será de gran ayuda a la hora de combatir el insomnio provocado por un estado ansioso, haciendo que seas capaz de dormirte más rápido. Incluso lograrás alcanzar las fases del sueño profundo, lo que se traduce en horas con más calidad de sueño.
– La ansiedad es un trastorno que te mantiene siempre alerta, impidiendo que se disfrute del momento en que se vive. Al meditar se puede alcanzar el equilibrio entre cuerpo y mente, proporcionando un estado de ánimo más tranquilo y positivo.
Pasos para la correcta práctica de la meditación
- Postura cómoda. Normalmente la posición que mejor va para esta práctica es estar sentado, ya que el estar acostado se asocia con el dormir y el sueño y esa no es la finalidad. Elige siempre lugares tranquilos, silenciosos y agradables.
- Respira. Es importante que se realicen 3 respiraciones profundas al comienzo, ya que esto ayudará a que se alivien las tensiones musculares, se relaje el cuerpo y podamos concentrarnos mejor.
- Centrarse en la respiración, ella es el eje principal de este ejercicio. Siéntela, síguela y acompáñala por todo su camino. No intentes modificarla, permite que sea de una forma natural, que fluya. Realizar 10 repeticiones, hacer una pause corta y volver a empezar desde el principio.
- Las distracciones. Al principio y sobre todo cuando se está empezando es normal distraerse con ruido externos, en tu casa, el vecino o de un pájaro. No hay que preocuparse, es normal. Lo importante es darnos cuenta de la interrupción y de una forma relajada y sin alterarse volver a concentrase en la respiración y empezar a contar otra vez.
- Termina. Después de mínimo 10 minutos del paso anterior, hay que respirar de manera profunda varias veces e ir abriendo lentamente los ojos, mientras volvemos a situarnos en el presente. Intentar encarar el día a día con toda la energía obtenida de esta sesión nos ayudará a ver las cosas de una forma más positiva y tranquila.
La meditación y la psicología de la mujer
La sociedad impone a una mujer desde su infancia, un modelo a seguir casi imposible de conseguir. Esto hace muchas mujeres crezcan siendo inseguras de sí mismas, dudando de sus capacidades, de su poder y su fuerza. Es por eso que la práctica de la meditación guiada está tan recomendada, porque otro de los grandes beneficios que aporta es el poder a llegar a conectar con tu niña interior, aceptarla, quererla y de esta manera poder liberarte de todos los prejuicios impuestos por la sociedad.
Si sufres de ansiedad, no dudes en contactarnos a nuestro centro de Psicología y pide ya tu cita online.